El ecosistema del Mar Rojo está bajo la amenaza de la polución y los egipcios rechazan aceptar que es un problema medioambiental.
Los arrecifes de Coral en el Mar Rojo están amenazados por los vertidos de fuel y por los plásticos de deshecho. Fotografía: Hassan Ammar/AFP/Getty Images
El Mar Rojo se está enfrentando a una crisis que puede ver a mucha de su diversa y maravillosa vida marina dejar de existir. La continua contaminación del agua, los constantes vertidos de fuel de las plataformas petrolíferas cerca de la costa y una falta de concienciación por parte de los egipcios y de las demás personas de los países bañados por el Mar Rojo acerca la importancia de mantener los ecosistemas con vida, contribuyen su principal amenaza.
Una y otra vez Mayton, al igual que yo y que muchos de los que pertenecemos a la familia de los buceadores-conservadores-del-mar, ha escuchado historias acerca de la decadencia de los arrecifes de coral del Mar Rojo. Por desgracia, es cierto. No hace tanto, el Mar Rojo era un lugar en perfectas condiciones para bucear y ser testigo de la maravillosa espectacularidad de la vida marina y los arrecifes de coral. Una de las principales causas es el vertido constante de deshechos provenientes de los hoteles en todas las zonas costeras, sino que la industria del turismo, en general, ha dañado más el mar por echar sustancias químicas y productos de desecho en él. Resolver estos problemas resulta extremadamente difícil.
No son solamente los arrecifes de coral los que están amenazados, sino también otras especies marinas. Las plataformas petrolíferas cerca de la costa han estado en el Mar Rojo durante décadas, pero no se ha hecho nada por asegurar los equipamientos a tiempo. Estos pozos tienen fugas en forma de riachuelos que forman una enorme piscina dentro del mar . Ahmed el-Droubi, de la Agencia de Protección y Conservación Medioambiental de Hurghada ( HEPCA ) le dijo a principios de este año que una gran población de delfines había emigrado hacia el sur más lejano de la zona como consecuencia.
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